20 de diciembre 2018

“Mi carrera profesional fue intensa pero corta"

Tras su etapa en la Universidad de Florida, Paula MaRTÍ se hizo profesional en 2000, logrando tres victorias profesionales y ganadora de la Orden del Mérito en 2002. Su vida cambió con la maternidad

En la fiesta del 50 aniversario de la FCGolf, se le reconoció su aportación a la historia de la Federación con sus éxitos. ¿Qué representó para ti?

Fue un reconocimiento muy bonito, aunque para mi, el mérito es de la Federación Catalana que me ayudó a formarme y competir, a crecer personalmente. Gracias a los viajes con la Fede conocí a mucha gente y siempre le estaré agradecida por ello. Me ayudó mucho.

¿Cómo llegó el golf a tu vida?

Mi padre era el más aficionado aunque mi madre jugaba mucho mejor. Cuando llegué a Sant Cugat con ocho años, lo empecé a practicar junto a otros deportes, ya que todos se me daban bien. A los 10 años gané el Campeonato de Catalunya Alevín y ya fui más en serio. A los 12 ya estaba en los equipos catalanes. Me encantaba mucho viajar y conocer sitios.

No había entonces tantas jugadoras de golf. ¿Como la veían sus amigas?

La verdad es que me veían un poco raro. Mi padre era pintor y yo jugaba al golf, y lo asociaban a un deporte de clase alta por el hecho de tener que formar parte de un club. Aunque gracias a la federación, recibí mucho apoyo y luego me tenían envidia por mis viajes durante el curso. Luego llegué al CAR en una de las primeras promociones en 1995.

Ahora muchos jugadores estudian en Estados Unidos. ¿Fuiste un poco pionera?

Ya había otras jugadoras que fueron antes que yo. Tuve la suerte de participar en la Ryder Cup Junior y el capitán del equipo estadounidense me recomendó ir a alguna escuela norteamericana para acabar el Bachillerato. Me fui a Orlando, y la experiencia fue tan buena que varias universidades me vinieron a buscar y me fui a los Gators de Florida. Fue una gran experiencia de estar allí e incluso jugué un US Open como amateur al lado de jugadoras que eran mis ídolos como Laura Davis.

Y de regreso, tarjeta del Ladies Tour, y ya ganaste muy pronto…

Sin duda, mis tres primeros años fueron los mejores. Tuve el apoyo de mis padres y de la Federación, aunque en mi quinto torneo profesional ya gané. La verdad es que el éxito me vino de golpe con solo 22 años, y lograr el número uno del ranking europeo fue increíble. Todo eso me presionó muchísimo. El éxito me llegó quizá demasiado pronto-

También diste el salto al Circuito profesional estadounidense, el sueño de toda jugadora…

Si, estuve allí tres años, pero la verdad es que me encontré muy sola, a diferencia de mi etapa universitaria. Es duro el LPGA, con los viajes y todo eso…Después conocí al que sería mi marido que me hacía de representante y todo cambió. Decidí volver.

Y decidió ser madre pronto, algo que cambió su vida, no?

La verdad es que ser madre lo cambio por todos los torneos. Pero después del parón volví a tener ganas de jugar y lo hice bien, volviendo al Top10 europeo.. pero cuando decidí tener el segundo, y embarazada, debía ir a Turquía, me lo pensé dos veces y dije, hasta aquí.

¿Ya tenía otras cosas en la cabeza, ya no solo el golf, no?

Es que es muy difícil jugar con la familia a cuestas, y todo lo que significa con ello. El cuerpo ya no responde igual, y ves que tienes al lado jugadoras tan jóvenes, y que le pegan tan fuerte. Yo no puedo quejarme de nada. Tuve una carrera corta, pero muy intensa

¿Cómo ves el golf profesional femenino?

Tenemos buenas jugadoras, como Camila, Elia o Mireia Prat, por citar algunas, pero les falta un poquito para asentarse en el Tour Europeo. El problema es que tampoco hay demasiados torneos, a diferencia de mi época, en que no faltaban sponsors.. Ahora es un reto difícil

¿Cuál es ahora tu relación actual con el golf?

Doy clases en Sant Cugat, y trato de inculdcarles mi pasión por este deporte, y la competitividad que siempre llevo dentro. A las nuevas generaciones veo que les falta ambición por llegar lejos. Quizá ahora tienen demasiadas distracciones que entonces no teníamos, Mi opinión es que les falta pasión por el juego, porque talento hay mucho.

¿Qué les explicas a tus alumnos?

Que el golf es un deporte increíble, te da unos valores que puedes aprovechar en la vida y te ayuda a tomar decisiones importantes. Te ayuda a ser humilde y trabajador y si llegas a profesional, ¡puede ser el trabajo más bonito del mundo!