21 de febrero 2019

El golf y la columna vertebral

El golf, junto con el fútbol y el baloncesto, son los tres deportes que más se practican en nuestro país. En 2018 el golf español cerró el año con 271.170 federados, de los cuales el 10% están en Cataluña, con un total de 28.696 licencias. Se estima que en el mundo hay unos 50 millones de personas que practican golf; esta popularidad se debe principalmente a que se trata de un deporte que puede ser practicado por personas de diferentes edades, independientemente de su condición y habilidad física.Desde fuera, el golf es visto como un deporte que implica poco esfuerzo físico, pero lo cierto es que sin un entrenamiento adecuado o si no prestamos atención a la técnica en la realización de los movimientos, las lesiones pueden aparecer. De hecho, aproximadamente el 50% de los jugadores de este deporte tienen alguna lesión, normalmente causada por el movimiento repetitivo en hombros, codos o rodillas.

Además de estas zonas más propensas a lesionarse en la práctica de este deporte, no debemos olvidarnos de la columna vertebral, la gran involucrada para ejecutar los movimientos propios del golf. En el golf movemos prácticamente todos los músculos del cuerpo, pero la columna vertebral es el principal grupo de articulaciones que se ve afectado por las lesiones en el caso de profesionales y amateurs, ya que está expuesta a diversos movimientos rápidos y violentos de flexión, compresión y rotación.

 

EL MOVIMIENTO MÁS LESIVO EN EL GOLF

El swing posee un alto potencial lesivo: este movimiento, en el que la pelota puede alcanzar los 160 km/h, se repite entre 50 y 70 veces en una partida. En la ejecución de un swing se necesitan alrededor de 7000 N (Newton) de fuerza, pero el límite máximo teórico para no lesionarse ronda los 5000 N. Si tenemos esto en cuenta, vemos que las posibilidades de tener una lesión en la espalda aumentan de una manera considerable. En el caso de los golfistas profesionales, que realizan hasta 2000 swings por semana, la repetición del movimiento es la principal causante de las lesiones.

 

CÓMO PREVENIR LAS LESIONES EN LA PRÁCTICA DEL GOLF

La práctica del golf no nos pone en forma, sino que tenemos que estar en forma para practicar golf. Y, en consecuencia, las lesiones asociadas a este deporte también se pueden prevenir y reducir. Para conseguir este objetivo, la recomendación es trabajar tres pilares básicos de nuestra condición física: la fuerza (entrenamiento muscular), la resistencia (entrenamiento cardiovascular) y la flexibilidad (entrenamiento de movilidad).

El entrenamiento muscular es el gran aliado del golf para la prevención y reducción de lesiones. Una musculatura fuerte y entrenada evita y reduce las molestias, aumenta la resistencia en posturas como la del putt y potencia el swing, aumentando la distancia de golpeo. El fortalecimiento de los músculos estabilizadores de la espalda –tanto superficiales como profundos–, protege la columna vertebral y, por tanto, mejora el rendimiento en el golf. Los golfistas deben ejercitar principalmente la musculatura de la zona lumbar y los músculos de la pared abdominal. El juego mejora al ganar en potencia y, a la vez, los jugadores están más protegidos frente a las lesiones.

El entrenamiento de resistencia o cardiovascular también mejora el rendimiento en el golf al proporcionar más energía para aguantar un juego completo a la máxima capacidad.

Y el entrenamiento de movilidad proporciona más flexibilidad a los músculos para asegurar su recuperación efectiva y proteger las articulaciones.

 

Planes específicos de entrenamiento

En Wunder Training, un gimnasio diferente de Barcelona, diseñamos planes de entrenamiento específicos adaptados a los objetivos de cada persona, en los que se combinan los tres pilares –fuerza, resistencia y movilidad–, para aumentar el rendimiento en la vida diaria y en el deporte, manteniendo a raya las lesiones.Estos programas también incluyen como recomendación la realización de 1 sesión de fisioterapia al mes y 1 sesión de ejercicios específicos con un entrenador personal al mes. Con este programa de entrenamiento totalmente adaptado, se consigue aumentar el rendimiento y disminuir el riesgo de sufrir lesiones o dolor de espalda en la práctica del golf.

 

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